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Cine

Casi famosos… otra vez

By 29 de septiembre de 2013agosto 3rd, 2020No Comments
Todo aquel apasionado de la música ha buceado en las raíces del asunto en alguna ocasión. Todo el que se ha sumergido en ese océano de bandas, creadores, artistas, cantantes y el submundo sórdido que lo rodeaba ha quedado cegado por la mística del conjunto. Y todo aquel que ha soñado en algún momento con ese brillo se puede ver reflejado en «Casi Famosos» (Almost famous). Haya vivido aquella época o no. Los setenta. Casi nada. Casi famosos.
Esta es una película que habla sobre todo lo que he mencionado anteriormente y otro apartado importante: las fans. Las mujeres mueven el mundo y el que no lo crea no vive en este planeta. Y antes lo hacían aún más. Ellas fueron las primeras que adoraron a cuatro chavales de pelo semilargo de Liverpool y después , tarde como siempre, llegamos el resto. Ellas siguieron a tíos de vestimentas raras, quizá hasta femeninas… y después aparecimos los demás. Desgraciadamente en estos años de desesperanza económica, cultural y de valores muchas de ellas bailan reggeton mientras suenan radiofórmulas caducas. Pero ya volverán. Seguro.
Al grano. «Casi famosos» es una peli de Cameron Crowe de 2000. Ganó el Oscar por su espléndido guión y tanto Kate Hudson como Frances McDormand fueron nominadas por su trabajo. Hasta aquí nada nuevo desde hace trece años. Pero recientemente he conseguido el Director´s Edition (The Bootleg Cut) de la cinta. En su momento la historia me maravilló. Bien es cierto que mi adolescencia fue una búsqueda ininterrumpida de datos, anécdotas e historia del rock. Y una película sobre esa búsqueda paralela debía hacerme feliz. Pero en esta nueva versión uno lo ve todo más claro, más nítido, más real. Y tío, los setenta estuvieron ahí. Y muchos los vivieron. Y muchos sobrevivieron para contarlo… aunque lo recuerden más bien borroso.
Por si alguien no ha disfrutado del film le recomiendo que vea este Director’s Edition. Si ya lo has hecho, recupéralo en este formato. Por varias razones en ambos casos:
– Vas a ver el desarrollo de cualquier banda de la historia: inicios, crecimiento, auge y caída estrepitosa. Algunas sobreviven a esa caída. Pero todas, absolutamente todas sufren ese proceso (da igual que sea de pop, rock o flamenco). 
– Vas a darte cuenta de que el proceso creativo, cuando llega el éxito o conocimiento masivo, discurre en paralelo a las exigencias de los que ponen la pasta. Desde ese punto los artistas ya nunca más crearán canciones libremente. Siempre, en algún momento de la concepción, pensarán en el público al que van dirigidas. Lo negarán, sí. Pero mienten.
– El aura, la mística, lo que desprenden los que logran ese reconocimiento brutal se palpa. Se siente. Esa sensación de superioridad y seguridad en sí mismos (fugaz por otra parte) les hace admirables por un breve espacio de tiempo para los que les conocen personalmente. Y eternamente para los que nunca tengan la ocasión de charlar con ellos.
– Siempre, da igual lo que digan, siempre hay un punto en el que los artistas ningunean y desprecian a los fans. Toma de ejemplo a cualquier banda. Accesibles al principio, agradables en la subida, y profesionales en el éxito: llego, toco y me voy. No molestes.
– Rolling Stone, hace años, fue una revista de música. Al igual que la MTV en su tiempo fue una cadena de vídeos musicales. En serio.
En definitiva «Casi famosos» son dos horas y pico (en este formato) en los que pasamos de querer ser William Miller a Russel Hammond, de desear pasar tan sólo unos días con Penny Lane a poder haber formado parte del público de cualquier concierto de Stillwater. Puedes tener un sentimiento de gloria, y perdón a las feministas, por jugarte a tus fans por 50 dólares y una caja de Heineken y a la vez un sentimiento de pena absoluta por el ninguneo al que se somete a esas chicas que te siguen y degustan cada palabra de tus canciones (te recuerdo que no son tuyas, son de la banda de la peli)…
Amigos: hacedlo. Rebuscad en el baúl de la música sincera y los sentimientos escritos en folios arrugados. Canciones garabateadas a la luz tenue de un flexo. Notas colocadas después de una noche sin dormir. Éso, esa sensación agridulce que acaba con una media sonrisa, es «Casi famosos«. Y si no lo sientes, es que eres demasiado dulce para el rock and roll.
Doctor Brown

Iba para inventor en los 50. Me quedé en el intento de escribir algo interesante. Vive y no dejes morir... de aburrimiento.

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