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La Musicalité: «Significado»… o la teoría de la supervivencia

By 13 de octubre de 2012agosto 6th, 2020One Comment

Vivimos, mis queridos amigos, en un país sumido en la crisis, la inconsistencia, la intolerancia a unos ideales que no sean los nuestros (y de estos los que más saben son aquellos que suelen ponerse en la boca la palabra libertad)… A colación de esto llega una crisis cultural en la que se asume, antinaturalmente, que la cultura tiene que ser gratis o resultará demasiada cara. Lo único gratuito que queda en este Estado es la radio. Y como consecuencia de todo ésto llegamos a la piratería, la absoluta dictadura musical del estilo «impuesto» o de la rebelión «indie» (si no perteneces a uno de estos dos imperios no existes musicalmente) y la pérdida absoluta por parte de una generación de referentes en forma de bandas o artistas (y ésto ocurre en la, llamada, era de la comunicación…manda narices).
Por supuesto todo lo que he comentado y voy a decir es mi opinión y, como tal, subjetiva. Pero si lees estas letras será que te interesa. Así que sigo. La Musicalité era (y digo bien, era) una de esas bandas que no te dejan indiferente. Compensados, coordinados, engarzados… Una cadena de cuatro eslabones dura, áspera y a la vez dulce y melódica. Bebían de grandes del rock y pop y se dejaban seducir por samplers, loops y programaciones siempre bajo el axioma que les definía: contundencia y melodía. Realizaron un más que notable debut con «Este juego» y posiblemente uno de los mejores discos de los últimos quince años en España con su continuación: «Insomnio». 
Hasta aquí todo bien… Excepto por una pequeña dificultad: apenas tenían éxito. Lograron colar «Brisa» con su primer trabajo en Los40 (el primero de los imperios de los que hablaba antes) y «Adiós» durante un corto espacio de tiempo del segundo. Sobrevivieron esos años haciendo infinidad de conciertos allá donde les llamaran incluso ocasionalmente en formato de grupo de covers llamado RELOAD. No voy a decir que se morían de hambre pero no vivían en la abundancia… En absoluto. 
En un momento dado encontraron el rumbo adecuado a su objetivo con «Cuatro elementos». Pero que nadie olvide que, tras realizar un vídeo espectacular con la actriz Amaia Salamanca, tuvieron que esperar varios meses, hasta editar la colaboración de la misma canción con El Sueño de Morfeo, para llegar a las listas de radiofórmula. Con ese paso llegó el reconocimiento nacional acompañado del siguiente sencillo: «Soledad en mí» y su inclusión (la del grupo) en cualquier recopilatorio que se preciase. Hace poco encontré un vídeo de su actuación de final de gira del disco anterior (en Joy Eslava, Madrid) en el que su cantante, Jaime Perpiñá, decía micro en mano y mirando a sus compañeros: «qué bueno es estar aquí. No renegamos de nuestro pasado pero…qué bueno es estar aquí». Y se lo merecían. Y se lo habían trabajado.
Y llega el momento, tan temido por los artistas, de crear la continuación del trabajo que te ha dado todo lo que tienes. Y La Musicalité se han liado la manta a la cabeza cargándose el 80% del estilo del grupo que conocíamos y creando otro basado en tres preguntas fundamentales:
– Qué nos piden en la radio para sonar
– Con qué estilo logramos triunfar
– Qué nos interesa mantener de lo que éramos y de qué queremos prescindir
La primera pregunta la puede responder cualquiera que tenga la desgracia de sintonizar muchas radios nacionales. Y no hablo de aquellas que sólo emiten lo alternativo, diferente o no comercial… como ellos dicen o deciden, mejor dicho… Estos indies… Qué mentirosillos son. Los40 se han convertido en una emisora de éxitos de un solo estilo musical. Atrás quedan aquellos años en los que podías encontrar en la misma lista a Michael Jackson, Def Leppard, Bryan Adams u OBK. Ahora únicamente tiene cabida la música dance, o de influencias dance, o de tendencia electrónica (cosa que no entiendo porque la misma compañía, PRISA RADIO, tiene una cadena llamada MÁXIMA que se dedica totalmente a ese tipo de música). Así que si quieres sonar en dicha cadena ponte a juguetear con tus sintetizadores y bases a la de ya. Bueno… A jugar no. Los tienes que poner en primera línea de la canción. Altitos más bien.
La segunda pregunta se contesta rápido: estuve en muchos conciertos de La Musicalité (a pesar de mi avanzada edad) y las canciones más coreadas eran los singles de radio por encima de todas y…. las antiguas. Pero sobre todo los singles y la que más «Cuatro elementos»
La tercera pregunta la han contestado ellos en diferentes entrevistas (o quizá justificaciones ante sus fans más antiguos): no querían repetir el mismo estilo o disco, querían ser únicos, ellos. Poco se les puede decir en este aspecto tras las evoluciones de grupos como Muse… Pero ellos no son Muse.
Y el resultado de su trabajo y la respuesta a estas tres preguntas es «Significado». No creo que se pueda definir como un mal disco, no creo que lo sea. Pero sí puedo decir con rotundidad que no es un disco de La Musicalité que algunos hemos amado durante años. Apenas hay rastro de ellos en menos de la mitad del disco. Olvidaos de las canciones divertidas estilo «Mala sangre», «Ojalá que vuelvas pronto», «Ninfomanía» o «En sentido contrario». No hay. 
Aún así es un disco que destaca en el pop electrónico por, precisamente, querer no serlo. La Musicalité sacaba las guitarras y te las ponía en la garganta como el cuchillo de un atracador. Y a la vez te decían palabras bonitas. Podría ser una definición de su anterior estilo. Ahora todo está aderezado con secuencias (que en directo, por supuesto, irán grabadas) y de repente surge una guitarra o un juego de voces que te hacen decir: ¡¡¡ahí están!!! «Espiral» es una de esas muestras de melodía, buen rollo y canción para levantarse con energía. «Fabulas vindictam», es el oasis en el desierto con un riff orquestado a lo «Kashmir» (los actuales fans del grupo no tendrán ni idea de lo que hablo) y lo más cercano a «Dueño y esclavo» o «Alma» que encontraremos en este álbum. «Infinito» encajaría en cualquiera de sus anteriores dos discos. Y «Lo que pueda ser» es ese tipo de canción melancólica «cabreada» que tan bien sabían hacer los chicos de Palma.
Del resto prefiero que cada uno se forje su opinión. Yo tengo la mía. Y como he dicho es que, en este mismo momento, estarán ganando fans teenagers a patadas…. pero perdiendo a los acérrimos. Y es que, amigos, a veces hay que cambiar para sobrevivir.
PD: algunos dirán que es una evolución hacia grupos e influencias que siempre les han gustado como Keane o Coldplay. Esos serán los mismos que creen que Maroon 5 hacen pop/rock… Pobres…
PD2: no me resisto. Hay una canción en el disco que se llama «No soy yo». Reto a cualquiera a que cierre los ojos y se la imagine interpretada por Backstreet Boys o los N’Sync de Justin Timberlake. ¿A que encaja? ¿A que cuadra? ¿A que os imagináis hasta el vídeo con la coreografía?
Doctor Brown

Iba para inventor en los 50. Me quedé en el intento de escribir algo interesante. Vive y no dejes morir... de aburrimiento.

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