Ahora que los pseudosalvadores de la patria se llenan la boca proclamando lo libres que somos gracias a ellos, cabe, sin duda, recordar que en el casposo y sacrosanto 1988 los sindicatos no tenían una correa en su cuello y le hacían huelgas generales al gobierno socialista, que el mayor ente televisivo estaba dirigido (y cómo) por una mujer y Almodóvar estrenaba su Mujeres al borde de un ataque de nervios, que permaneció (asómbrense, mileniales) más de un año ininterrumpidamente en la cartelera de los cines Manhattan.
De aquellas, también, José Mª Cano, que había ganado peso en el grupo musical más exitoso de este país, escribió «Mujer contra mujer», manifiesto de la diversidad que ponía más cosas encima de la mesa de las que ocurrían por debajo. Para vivir en la oscuridad que destacan algunos, no estábamos tan mal.
Nada tiene que ver con el tema que nos va a ocupar, pero el otro día, mientras leía el periódico apurando un café vespertino, sonaba esta canción de fondo. Y si uno escoge ciertos versos de la letra, le vienen al pelo para organizar cuatro cosillas que tengo que decirles a los diferentes grupos municipales de cara a estos comicios inminentes.
Así comienza el artículo «El matiz viene después», publicado en El Norte de Castilla el 21 de mayo de 2023. Puede continuar su lectura aquí